DOS LIBROS IMPRESCINDIBLES

No voy a empezar a quejarme, cantinela tan repetida como justificada, de la sin memoria que corroe la cultura popular -y la otra, me temo- en este país. No sé cómo será en otros, pero lo que es aquí cada vez se vislumbra menor interés en el pasado, como no sea para falsificarlo, retorcerlo a voluntad y utilizarlo como arma arrojadiza. Los estudios sobre el tebeo español están, ay, en desuso, salvo en la red de redes, y eso en páginas muy determinadas. Por eso cuando un editor se decide a publicar en papel -formato inmortal- cualquier estudio sobre nuestra historieta, no cabe sino celebrarlo y saludar entusiastas la iniciativa.

Máxime cuando se hace con mimo, y mucho más aún cuando tales publicaciones se dedican a aspectos recónditos, casi nunca abordados, de la fértil jungla de papeles pretéritos que son los fenecidos tebeos llamados clásicos. Es el caso de las Ediciones Ulises, filial de la exquisita Renacimiento, que a contrapelo de todo ha lanzado dos volúmenes dedicados a quienes fuesen los más humildes dibujantes de esta Piel de Toro, Antonio Ayné y Emilio Boix. De obra amplia consagrada al público más infantil, habituales de colecciones paupérrimas -en cuanto a medios de reproducción, papel y demás-, hoy olvidados pero en la posguerra de inmenso éxito popular, por más que se conociesen más sus personajes que su propios nombres.

Ambos se dedicaron, preferente pero no exclusivamente, al humor, a la risa de garrotazo y tentetieso, celebración y homenaje de la comicidad apayasada tan característica del cine mudo; ambos carecían de aspiraciones autorales,  auténticos estajanovistas de la viñeta. Y ambos encarnan, como muy bien sabe argumentar Rodríguez Cepeda, el autor de los libros, a la posguerra misma, al dibujante español de la era, a la época toda. En sus carencias, en su conmovedora dedicación, en su candidez, en su voluntad de mantener la risa, la ilusión, la vida en un tiempo oscuro como pocos.

Portadista de folletines, historietista pionero en publicaciones como La Risa o Rin-Tin-Tin, excelso caricato, Boix comienza su carrera durante los años treinta, pero no es hasta después de la Guerra Incivil cuando su mundo de animales humanizados, coscorrones, carreras, trompazos y carcajadas logra conquistar al público. Hoy tal vez no sean muchos los que recuerden a Hipo, Monito y Fifí o a Pirulo y Tontolote, pero para cualquier niño amamantado en pan negro, nacionalcatolicismo y severidad a ultranza eran tan familiares como cualquiera de los entes de ficción más populares. Estúpidamente despreciado por dedicarse al humor y al público de más corta edad, era hora ya de reivindicar su figura como debe: la de un clásico de la historieta española.

Influenciado por los autores ingleses de principios del siglo XX, a los que conoce desde su puesto de currante en la barcelonesa editorial Marco, Boix se forja un estilo único, de líneas puras, expresivo como pocos, de estilización tan coherente como perfecta y de poderosísima vis cómica. Publica, literalmente, miles de páginas modestas y sencillas que encubren a un autor completo de los pies a la cabeza. El estudio que le dedica Rodríguez Cepeda es inmejorable oportunidad de familiarizarse con él, de redescubrirlo y de gozarlo, para alegría de cualquiera que esté genuinamente interesado en nuestra cultura popular.

Antonio Ayné, prolífico en los tebeos durante más de cuarenta años a contar desde la más inmediata posguerra, es autor desapercibido, cuya presencia, repetida hasta la saciedad, raramente merece el recuerdo del historiador y el especialista. Y eso que sus criaturas abundan, desde el señor calvo y con bigote que es Don Triqui al proto-superhombre ibérico Narizán, pasando, cómo no, por el sabio loco Profesor Carambola o sus verduras humanizadas, los felices y bizarros Rabanito y Cebollita.

Estos insólitos -y excelentes- volúmenes intenta abarcar en su totalidad la obra de ambos autores. Encuadernados en tapa dura, de gran formato, a todo color, con un esplendor que es justo lo contrario de la parquedad, por no decir miseria, con que se presentaban las ediciones originales de estos trabajadores, en el mejor sentido, del tebeo. Textos precisos, llenos de agudeza, conocimiento y amor por lo tratado, cualidades fundamentales de ensayos necesarios como estos. Cientos de reproducciones -no siempre, ay, con la calidad que debieran tener- adornan cada uno de estos libros. Una verdadera fiesta, una reivindicación, una recuperación justa de la memoria. Algo raro hoy y digno de la mayor consideración y agradecimiento. Háganse con ellos, y dense prisa, que solo se han editado ciento cincuenta ejemplares de cada título. No se arrepentirán.

Más información aquí: http://www.editorialrenacimiento.com/blog/ediciones-ulises-n11

 

 

 

6 Respuestas a “DOS LIBROS IMPRESCINDIBLES

  1. Molt molt be Abuelito
    Ja era informat de aquests llibres, pero ara mes mitjor
    Gracies. Antonio

  2. Menos mal que todavía quedan defensores de nuestra historia, del artistas que como Boix y Ayné dedicaron su vida a al arte de la viñeta. Tebeos que deberian estar siempre en la memoria popular del país. Gracias, Pedro, por esa labor divulgativa y de defensa que llevas a cabo.

  3. Gracias a Ediciones Ulises, Paco, que ha tenido el valor de sacarlos al mercado. Y a ti, que sigues en la brecha en tu blog en torno al tebeo -maravilloso- de los cuarenta…

  4. Jorge Tarancón Gimeno

    Pues resulta que mi amigo Enrique, el autor de estos dos libros, vive en California y todos los años viene a Madrid dos o tres meses. Durante los últimos tres años ha participado, con mi grupo de amigos, en la comida y partidas de mus que disfrutamos todos los martes. Aprender a jugar al mus, no ha aprendido, pero nos ha sacado todos los tebeos que teníamos en donde aparecía cualquier historieta o simple dibujo de Boix o Ayné. Nos ha dejado secos, pero creo que ha merecido la pena.

  5. offtopic:

    https://howtoarsenio.blogspot.com imagino que les interesará, y dense prisa que pronto no estará disponible con las nuevas leyes para proteger a la MAFIAA

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