Archivo mensual: junio 2013

2000 viciosos maníacos

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Hala, nada mejor tras una semana a régimen de la Virgen de Fátima, con sus penitencias, su olor a flores mustias, sus siniestras arengas y sus rosarios que alegrar un poco el ánimo volviendo de los horrores metafísicos hasta la tierra. Y la tierra es carne, que no otra cosa somos ni por asomo!

Júbilo, pues, alborozo y celebración: ha salido el nuevo 2000Maníacos!!!! Dedicado, según la jovial expresión de sus responsables, al zorroneo, al cine sicalíptico, picarón y hasta enfermizo. Un canto a la gloriosa estética de aquellas revistas salpicadas de cuerpos tan propias de los escasos tiempos de genuina libertad que este pobre país ha disfrutado: Lib, Papillon, Macho, Party y otras cabeceras de la transición sacralizada y dichosa.

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Sin ceder un ápice en su ánimo respondón y jaranero, el Maníacos descubre de nuevo decenas de cintas, curiosos subgéneros, estrellas enterradas de las que uno no sabía hasta la fecha nada. Enseñar deleitando podría muy bien ser el lema de este, el fanzine más viejo del mundo. En esta entrega se sumerge y muy a fondo en el cine cachondón y loco de los setenta, aquel que blogos como el impagable Giallo Malastrana se encargan de recuperar para pasmo de desmemoriados como yo; títulos que hoy, en estos pacatos días, serían impensables.

 ¿Dónde si no en el 2000Maníacos pueden ustedes aspirar a encontrar juntas entrevistas con el legendario cartelista de cine Macario Gómez «Mac»  y con la actriz estrella de títulos como «Le llamaban JR«, «Don Cipote de la Mancha» o «USA: violación y venganza«, doña Pilar Alcón?

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¿Qué revista de cine en su sano juicio dedicaría largos y sesudos artículos al cine de Violación y Venganza facturado en España, a las películas de prostíbulos y sostenes de los años treinta producidas en los callejones de la pobreza de Hollywood o al caliente celuloide sudamericano que recorre el continente de Chile hasta Venezuela? Solo esta, desde luego. Esa insaciable curiosidad por lo marginado, ese enciclopédico afán de historiar hasta lo más nimio, esa desvergüenza que pese a canas y calvas siguen destilando sus páginas, ay… ¡¡eso no se paga con dinero!! O mejor sí: con diez simbólicos eurillos de nada, ya ven.

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Una maquetación chillona y arrogante, más de ochenta páginas por primera vez a todo color; cientos de insólitas imágenes de las que no se encuentran ni en la Red de Redes; decenas de películas abracadabrantes, gloriosas o malsanas, todas sabiamente fichadas y reseñadas para que abarquen el cine de entrepierna desde los años diez hasta los otros diez, los de este siglo estrenado y funesto… Sobran razones para seguir fieles al fanzine de fanzines!!

Y ahora más cómodamente que nunca pueden recibirlo en su domicilio al precio que marca la portada, o adquirirlo en las librerías más despiertas y espabiladas… de todo ello pueden enterarse en el feibus oficial del magazine, al que accederán con solo pinchar AQUÍ y en el que serán debidamente atendidos. ¡¡No sé a qué esperan!! ¡Como si salieran bocanadas de aire fresco así, a contracorriente, todos los días!!

El fantasma de Fátima

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Se acordarán de sobras ustedes de los cuentos troquelados, aquellos para lectores incipientes que fueron primera exposición a la estética para generaciones de españoles: la ratita con la escoba de Ferrándiz, el astronauta infantil, versiones cutres de Caperucita, Blancanieves o cualquier otra criatura exenta de copyright o, por qué no, la mismísima Virgen de Fátima. Cuentos de grafismos a menudo  estomagantes, sin menoscabo al mérito técnico que acompañaba tamañas cursilerías. Hoy les acerco este bizarro ejemplar, muy a tono con el retorno al nacional catolicismo auspiciado por nuestras más altas autoridades, una cosa que parecía, ay, agua definitivamente pasada…

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No acaban de entenderse las intenciones del editor al seleccionar esta historia. Incluir a la Virgen de Fátima entre el Sastrecillo Valiente, Aladino o La Cenicienta parece más sutil mensaje ateo, o cuanto menos heterodoxo, que voluntad de fomentar la fe en lo inverosímil que guía a presbíteros y clérigos: por fin un arrebato de sinceridad, aunque sea a su pesar. ¿Se deberá a ello la referencia a las «almas candorosas» que creen aunque no vean que contiene el texto de la página de arriba?  

Los dibujos de José Tello, tan correctos como poco brillantes, no tienen desperdicio, entre esos niños pasmados y rollizos, la barba sospechosamente luciferina del incrédulo alcalde, la espectral (in)corporeidad de la Virgen o ese planeta estrangulado por las cuentas de un rosario que aparece en la última página.

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Como cuento, la verdad, es de lo más enfermizo que a un niño pueda dársele. La suerte de los pastorcillos, muertos en la niñez o encerrados en un convento de por vida, no cabe ser más siniestra; el sol danzante es un clásico del pavor que acompaña toda manifestación divina por lo menos desde tiempos de Amón Ra; las recomendaciones de la Virgen, rosario y penitencia a perpetuidad, carecen de atractivo para cualquier mente en su sano juicio… y qué me dicen del críptico cerdo que enmarca, retorcido, el índice de la colección? Todo un misterio, de los que dan muy  mal rollo.  

Del pulp como psicotrópico

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Los hay que tienen el valor de aguantar la vida a pelo: no me cuento entre ellos. Evadirse, largarse de aquí, poner tierra y hasta cielo por medio siempre ha sido necesario para mantener el imprescindible grado de cordura. Alienarse de una realidad que a día de hoy, consumada la invasión y saqueo de nuestras vidas, es más urgente que nunca. Si no es que siempre ha sido así, que según nuestra fatua pretensión, creemos nuevo todo lo que nos sucede…

La aventura, y más la facturada industrialmente, siempre ha sido mal mirada por eso: porque al fin y al cabo el papel amarillento es psicotrópico, hace viajar a mundos donde los grilletes del esclavo no dejan sentir su peso. Unos la denostaron por esa su misma esencia; otros, porque la cosmovisión de ayer es hoy caudal de malas conciencias; los de más allá, por ser tan sincera como escasamente sofisticada.  

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Ustedes y yo no tenemos semejantes problemas. Seres primarios, sabemos oler lo que nos conviene a despecho de inquisidores de cualquier clase. Como los lectores de hace casi cien años, que por sólo cincuenta céntimos se trasportaban desde el kiosco al reconfortante universo del tópico sin empacho alguno. Editoriales de nombres tan bonitos como la de hoy, Prensa Moderna, se lo facilitaban. Vean sino el menú semanal que ofrecía: los jueves, El Cuento Azul; los viernes, El Teatro; los sábados, esta que les traigo bajo el brazo, la colección Aventuras; los domingos se rematan con los Weird Westerns de El Sheriff, de quien ya les hablé hace tiempo AQUÍ.

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Apareció Aventuras entre 1929 y 1931, hasta completar un total de cien entregas. Una selección de textos procedentes de los pulps americanos y europeos, entre los que asoman primerizas novelas de don Georges Simenon (que ya les enseñé AQUÍ), del luego celebérrimo Erle Stanley Gardner, raros títulos de San Conan Doyle y de un sinfín de olvidados escritores, rutinarios unos, estimulantes otros, que en esto del papel, como en cualquier otro psicotrópico, existen sus calidades y sus diferencias. Las cubiertas son invariablemente obra del enérgico, ingenuo y desconocido Mel y del ilustrador y pintor gallego Máximo Ramos, prolífico cultivador de las cubiertas pulp. Todas ellas condensan en pocos centímetros la naturaleza entera de la narración folletinesca vertebradora del siglo XX de un modo ejemplar.

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Aventura colonial en estado puro (la de verdad, que otra no hay), con blancos atizando a nativos en la cocorota, muchachas rubias asaltadas por salvajes, grandes gorilas, fieras y serpientes gigantes. Y tigres devorando mandarines, y barcos tripulados por ciegos, y aztecas sorprendiendo cow-boys, y águilas rojas del Tirol en lucha con los camisas negras de Mussolini. Hoy solo les enseño algunas de las más exóticas. Otro día vendré, si ustedes quieren, con los antifaces, las ganzúas y las pistolas, y nos iremos de la mano de esta misma serie a visitar comisarías, castillos y otros lugares de crimen y misterio…

De los Sherlock Holmes nazis

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…Como vampiro asomando del ataúd, repuesto en algo su maltrecho cuerpo tras el descanso justo, la desdentada boca apretando de firme el cuchillo, presto de nuevo a combatir tiempos aciagos con las armas místicas del amor y el evangelio de la cultura popular… ¡¡EL ABUELITO HA REGRESADO!! Espero que aún se encuentren ahí, que si no soy capaz de ir al domicilio de todos los nietos uno por uno y traérmelos a rastras de las orejas… ¡¡No me fallen, diantres!! vlcsnap-2013-06-05-08h26m43s247

Se acabaron las vacaciones, al tajo de nuevo este mes de junio, como ya les anuncié; para no vacilar en este retorno y por aquello de reafirmar querencias y convicciones, como corresponde a la provecta edad, lo mejor es agarrarse de la mano de un valor seguro, Santón Mayor de esta casa, el inmortal y vapuleado Sherlock Holmes. Aprovechando que lo germano está otra vez tan de moda, traigo hoy un programa doble, dos películas de 1937 dirigidas en pleno auge del Tercer Reich en la Alemania nazi, no por ello desdeñables en absoluto. Dicen que ambas fueron de los pocos filmes que los aliados encontraron en el búnker de Hitler cuando Adolfo estaba ya criando malvas: hasta los dictadores tienen derecho a acertar de vez en cuando, ya ven. baskerville

DER HUND VON BASKERVILLE Director: Carl Lamac. Con Bruno Güttner, Fritz Odemar, Peter Voss, Friedrich Kayssler. Alemania, 1937

 Comienza esta libre adaptación de la novela del Canon igual que la de Terence Fisher, que seguro ustedes conocen. En el siglo XVI, en medio de la orgía celebrada por el vicioso Lord Baskerville -perfectamente filmada, con generoso travelling y luces artificiales como está mandado-, el tiránico aristócrata mata en plena fiesta al amante de su señora en una de esas trifulcas tan frecuentes en los salones cortesanos. Agarra luego a la infiel y la estrangula, lo que no le gusta nada a su gran danés, que se yergue y lo degüella de un mordisco. Una introducción sincera y contundente no por conocida menos eficaz.

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Sincera, digo, pues desde el primer minuto nos lleva al territorio inequívoco de cielos turbulentos, pantanos, armaduras, chimeneas, noches eternas y ventanas en ojiva. La parafernalia del terror gótico en la que un día me perdí y de la que gustosamente no he logrado regresar, estética de útero materno, confortable y tranquilizadora. Y encima con los modos del mundo en sombras tan propio del expresionismo domesticado de los grandes clásicos hollywoodenses, sin el genio del movimiento original pero igualmente digno de respeto y veneración.

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Un Holmes espigado, maduro, luciendo pipa y joviales bombachos y un Watson raramente lampiño y algo tonto, como manda cierta tradición ajena al Canon, componen dos aceptables inquilinos de Baker Street. Lástima que el ritmo sea algo mortecino, pelín teutón si se me permite expresión de tan dudoso cientifismo y gusto; unas formas exquisitas y algunas secuencias magníficas de perros de ultratumba persiguiendo lores por las ciénagas acaban, menos mal, por redimirla. Si hasta se hace de querer, qué caramba…

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DER MANN, DER SHERLOCK HOLMES WAR – Director: Karl Hartl. Con Hans Albers, Henz Rühmann, Marieluise Claudius, Hilde Weissner. Alemania, 1937

Mucho se quería a Holmes en Alemania desde sus primeras novelas; tanto, que allí nacieron al poco tiempo las colecciones de folletines con aventuras apócrifas del detective. Denunciadas por un Conan Doyle justamente molesto, siguieron difundiéndose durante años con ligeros cambios de nombre que a nadie engañaban. Este falso investigador es quien inspira este El hombre que fue Sherlock Holmes; para que lo tengamos claro desde un principio, los títulos de crédito se proyectan sobre las hermosas cubiertas de los folletines germánicos.  vlcsnap-2013-06-05-08h27m35s255

Como en una metáfora de lo sucedido en el mundo editorial con las series apócrifas, dos pícaros alemanes disfrazados de Holmes y Watson se dedican en el filme a darse la gran vida comiendo y bebiendo de gratis a cuenta de la fama del británico. Mienten, engañan y así van tirando, hasta que se ven envueltos en una trama cien por cien sherlockiana de criminales, sellos falsificados, ladrones de bancos, equívocos y misterios, como es de rigor.

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Hans Albers se come la pantalla desde el primer minuto. Un Holmes seguro, apabullante y sobreactuado, héroe y sin embargo cómico, pese a su físico de Sigfrido, sus ojos azules y su rubicundez. Algunos lo recordarán como el Barón de Munchhaüsen del filme de 1943; gran estrella en su país, fue obligado a separase de su mujer, judía, a quien a cambio de la permanencia del actor en la Alemania nazi, se le permitió huir a Inglaterra antes de que se la cepillaran como a los demás miembros de su familia.

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No menos brillante está el falso Doctor Watson, Heinz Rühmann,   que compensa con chispa genuina lo inadecuado de su físico para el papel y hasta se permite bromear con ello. Y es que ambos son dos excelentes caricatos, animales de escena que incluso cantan y bailan con desparpajo cuando hace falta, muy lejos de la tontuna y el histrionismo al que otras parejas cómicas nos tienen tristemente acostumbrados. Esto es humor de altos vuelos, inteligente y sofisticado. vlcsnap-2013-06-05-08h30m50s156

El ritmo es trepidante, ágil, sin tregua; los diálogos, un prodigio de sabia ironía que Lubistch o Preston Sturges hubieran firmado sin sonrojarse; las escenas de acción, que las hay, el mismo o mayor vigor tienen que en cualquier otra producción holmesiana, y para colmo el asunto es lo bastante inverosímil y enrevesado para que hasta los más acérrimos fans de Conan Doyle puedan aceptarlo sin rechinar los dientes… Una comedia de enredo desopilante, fresca y deliciosa como una botella de Möet Chandon, que seguramente visionaba el führer en el bunker para sacudirse la melancolía que la cercanía de los soviéticos debía provocarle…