Vuelvo hoy, tras largo paréntesis, porque me da la gana y sin explicaciones. La vida, ya digo, es un folletín. La confirmación me llegó la otra noche de la mano de Bird, el pequeño saltimbanqui, sabiduría iniciática para quien sepa observarla, pura poesía y metafísica. Vean sino sus vidas en comprimido retrato. Doce imágenes sin retocar. Crudas y verdaderas, como lo que se intuye en cualquier esquina.
Se nace como de las aguas, mártir y con dolor: de la nada al ser… ahí es ná!
La infancia es adiestramiento, urgencia eterna, jaula didáctica: la realidad no concede tregua.
Heraldo de las sombras venideras son los miedos primeros…
…vigorosamente constatados más adelante.
Amenidad indeseada proporcionan persistentes fantasmas, miopes y malvados empeñados, vaya usted a saber porqué, en amargar nuestro devenir…
Va pasando así el tiempo, insertos ya en las vicisitudes del mercado de trabajo…
Y el amor, o más o menos, consoladora presencia del otro afín por más trampas que se interpongan.
Luego, el día que menos te lo esperas, la realidad aparentemente domesticada se quiebra bajo los pies…
Y lo quieras que no, sabes que la fiera existe, que ataca, que muerde y que hay que rehuirla con uñas y dientes.
… y sin embargo, la vida es tan gloriosa…!
…por más que pasto de lobos nos sepamos siempre…