Ya lo proclamaba en 1978 desde Río de Janeiro aquel pillastre de Ronald Biggs junto a unos descabezados Sex Pistols: nadie es inocente. Y menos aún quien se dedica a desbastar conciencias, sea pedagogo, instructor o maestro. Suyo es el deber de aleccionar, actividad necesaria pero nada inocua, ni siquiera cuando la criatura humana apenas ha pasado de bebé. Vean por qué lo digo.
Los silabarios eran como la cartilla escolar, los cuadernos Rubio o cualquiera que sea hoy su equivalente: el instrumento escogido para que la virginal mente del crío fuese aprendiendo a leer y de paso se enterase de cómo es el mundo que le aguarda. Estos que les presento son del último tercio del siglo XIX, era poco dada al eufemismo, muy lejana de la corrección política actual. Capturen la imagen, amplíenla y obtendrán un bonito fondo de pantalla para sus monitores.
Ya lo ven, entre lo crudo, lo cotidiano y lo extravagante oscila la cosa. Con la S, suicidio, con la F, fusilado, con la A, arca de Noé, y con la Ñ, ñiquiñaque. Entreténganse en mirar las imágenes: todas parecen trascender su significado primero.
Querella, ruina, hospital, usurero, ñengahibas, demonio: elección de palabras acerada y extravagante. Las clases sociales, los prejuicios, las categorías, la autoridad, el premio a la obediencia y el castigo al insumiso, el aprendizaje de la paciencia, el lugar de cada cual: el Orden en la Vida expresado como quien no quiere la cosa en cuarenta y seis viñetas. Y en otros tantos pareados no menos regocijantes y asombrosos…
Bó día aboiño: Esperamos que lo celebreis»Albricias».No hay mal que 100 años dure… ni cuerpo(electoral) que lo resista .Un abrazo——————————————–
Un regalo añejo y muy sabroso el que nos hace en esta ocasión.
Gracias
En breve, tebeos de colorines de los que tanto nos gustan, don José Luis!! Un abrazo!
Impresionante imaginario para aprender las primeras letras. Efectivamente, nada es inocente.
I tant! Me alegra que le guste el muestrario, otro día traeré por acá las cartillas con las que muchos -yo, sin ir más lejos- aprendimos a escribir, llenas también de joyas reveladoras y extravagantes, pero estas ya de mediado el siglo XX…
Les enseñaban vocabulario del bueno jejeje
Ya lo ve: querella, ruina, incendio, orangutang…
¡Caramba, no me había fijado!…»orangutanG»…Desde luego se intuye una influencia francesa en la grafía de aquella época, pero lo curioso es que ya nos «transcriben» el sonido «OU» a nuestro «U», pero conserva la «G» final:
ORANGOUTANG, definido como «Hombre de los bosques». …Y ahora una pregunta para su ya más q conocida Sabiduría: ¿ Recuerda Vd. – en su venerable ancianidad – cuando se dejó de usar en español esa protuberancia final?
Hombre, ya se que es una pregunta «exigente», y q me puede Vd. mandar a q lo busque yo, pero, el hecho de que se diera Vd. cuenta de cómo se había escrito, me concede la esperanza d q es posible q hasta lo sepa.
Un abrazo
Sobreestima usted mis conocimientos: no tengo ni idea de cuándo perdió el Hombre de los Bosques esa «g» final que tanto me llamó la atención dotando a su nombre de un exotismo añadido…
Pues ya somos dos… por lo menos.
Saludos
Bueno, mi reverenciado ABUELITO,no he querido ser como «el Capitán Araña», que deja a los demás los líos que monta él, así q me he sentido obligado a poner de mi parte – lo q pasa es que «tengo poco» – y he podido comprobar con desconcierto por mi parte, que en la 7ª Edición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Castellana, de 1.832, ¡No aparecen ni ORANGUANG ni ORANGUTÁN»!
La siguiente edición que he sido capaz de mirar, ha sido la 12ª, de 1.884, y aquí SI q podemos ver «ORANGUTÁN».
Remirando por esos lares se puede comprobar que SI aparece el «bicho» en cuestión, escrito como hoy, en «LOS TRES REINOS DE LA NATURALEZA:ZOOLOGÍA» , de 1.852 ( Eduardo Chao y otros)…
Y hasta aquí he llegado…seguro que algún otro de sus nietines tiene más salero y nos aclara la cuestión.
Saludos
Brillante investigación, don José Luis! ¡Gracias!
Gracias Abuelito por el regreso! un placer leerlo siempre.
Mi estimadísimo y nunca bien ponderado ABUELITO: Espero de su paciencia que me permita traer a este capítulo el comentario q por R:N.E.( «El ciudadano García»/ 16,55 h/ 25-6-15), le he escuchado a Dn. ALBERTO de CUENCA y PRADO – miembro de la Real Academia de la Historia, filósofo, ensayista, crítico y editor literario, y muchas cosas más-, en defensa de nuestros amadísimos ( para Vd. y para mí, y de cientos de miles de «abuelitos» q todavía andamos por este mundo): ROBERTO ALCÁZAR y PEDRÍN, y del mal trato q recibieron, tanto ellos como el maestro VAÑÓ por parte de ciertos «comentaristas» y determinada prensa. Igualmente reconoció q, posiblemente,ya no sea un TBO para hoy, pero sí uno de nuestros «Clasicos» a los q se le debe nuestro reconocimiento y cariño.
¡Gracias, Dn. Alberto!..y es que la circunstancia de q seamos «casi quintos», nos permite rememorar los mismos gratos recuerdos q nos permitieron vivir aquellos TEBEOS d nuestra infancia.
Nota: La edad de ABUELITO es un arcano, pero se de buena mano q piensa como nosotros.
Saludos
Don Luis Alberto es un sabio de los de antes, de los que quedan cada vez menos, que nunca se ha dado de menos por defender, junto a la literatura, los tebeos. Tuve el honor de conocerlo hace años y la sintonía personal fue excelente… y es que es un escritor y poeta de primer orden, y encima un hombre cabal como pocos, sin esnobismos ni afectación…